La katana japonesa se caracteriza por una hoja ligeramente curvada. Las primeras generaciones de espadas tradicionales japonesas presentaban una hoja curva más significativa o una hoja recta. Sin embargo, los espadachines pronto descubrieron que la adición de una ligera curva mejoraba el poder de corte y la eficacia de la espada, sobre todo contra los adversarios sin armadura.
Acero
Es importante señalar que las katanas están hechas de acero y que los herreros tradicionales utilizaban un tipo especial de acero conocido como acero tamahagane. Antes de este periodo, Roma y otras civilizaciones fabricaban espadas de bronce, que se hacían en un molde de fundición y no se forjaban. La llegada de la metalurgia del acero abrió las puertas a todo un nuevo mundo de posibilidades para las espadas y las armas. Las espadas de acero podían forjarse sin romperse ni dañar la hoja, característica de la que carecían las de bronce.
¿Pero cómo hacen los herreros la hoja de la katana con una ligera curva? Algunos piensan que se consigue martillando, con el herrero golpeando un gran martillo contra la hoja brillante hasta conseguir la curvatura deseada. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto.
Templado
Las katanas reciben su hoja curva no de la forja, sino del templado. Como hemos comentado en anteriores entradas del blog, las katanas se fabrican fundiendo múltiples capas de láminas de acero con distintos niveles de carbono. Esto reduce las impurezas y distribuye uniformemente el contenido de carbono en toda la hoja. Durante la creación de estas capas, el artesano de la espada estira y dobla las capas de acero para crear un bloque de acero, que luego se convierte en un tocho.
En la fase de tocho, la katana no tiene prácticamente ninguna curvatura. Sólo después del proceso de endurecimiento recibe su curvatura. Aunque los procesos específicos varían, los herreros tradicionales de espadas japonesas solían recubrir la hoja con arcilla. A continuación, colocaban la hoja en la fragua, calentando así el carbono y fusionándolo con el acero. El artesano de la espada sumergía entonces la hoja en agua o aceite para enfriarla.
La exposición de la hoja caliente al aceite o al agua fría -un proceso conocido como templado- provocó un rápido enfriamiento, haciendo que el acero recubierto de arcilla formara un material superresistente conocido como martensita. Como la hoja de la katana solía ser más fina alrededor del filo, se calentaba y enfriaba a un ritmo diferente que el resto de la hoja. Los matices de este ritmo de calentamiento y enfriamiento provocan esencialmente diferentes ritmos de contracción. Así es como la katana recibe su hoja curva.